
Soleida Ríos (Santiago de Cuba, 1950) realizó estudios de Historia en el Instituto Superior Pedagógico de la Universidad de Oriente. Ha laborado en la enseñanza y especialmente en cuestiones de promoción literaria.
Crea ilusiones para compartir: Café Bar Emiliana, Café Dulce (para niños y adolescentes) y un Mapa habanero de la ceiba, entre otros. Lleva un Archivo de Sueños desde hace más de 35 años (dio a la publicación El libro de los sueños (1999) y Antes del mediodía. Memoria del sueño (2011) con segunda edición en colección Guantanamera, Sevilla, 2018).
Entre sus libros, generalmente transgenéricos, destacan además: El libro roto, El texto sucio, Libro cero, Secadero, Escritos al revés (Premio Nacional de la Crítica Literaria), Estrías (Premio Nacional de Poesía Nicolás Guillén y Premio de la Crítica Literaria), A wa nilé y “26 tao”. Así como El retrato ovalado (libro experimental con otras 34 autoras). Fuga, Aquí pongamos un silencio y Bocacega recogen, a modo de antología, una muestra sustancial de su escritura.
Algunos de sus libros han sido traducidos al inglés, francés y portugués.
7 no-retratos… de un Alfabeto
Ana que no murió del Nacimiento que no murió
de un Tiro que no murió del Machetazo 2003.
Tomé sus huellas: saladas aguas del Caribe
salados terrones de Galicia. Á-
Nima ¿Anima el animal? Anima cuatro esquinas.
Sopla. Y el diafragma a punto de romper
sus podridas costuras de neón.
Punta fina la espada y lágrima finísima del cielo.
¿Ave que ama el Amor?
¿Dibujaría Degas a la joven Semita
Amparado ya en la ceguera y en su errancia
nocturna (extravío) por callejuelas de París?
Ni transparencias ni exquisitos azules ni
perfecta amazona en prominente carrera
de caballos… Lazarillo
Íntegramente fiel.
Encarnación descalza de una danza macabra
que anticipara
La contrahecha posmodernidad:
Alambres. Alambres. ALAMBRE. Saltos oblicuos
y contorsiones y cuerpos que cruzan cuerpos
lívidos… Y Labio hincado que todavía quisiera
susurrar un cierto canto en yiddish… silenciado
ahogado en el ácido amargo de su-ce-si-vas
cortinas
de vapor.
Hocico de león para una holografía en suspensión.
Dientes de más, dientes de menos sumarían resta
e imposibilidad. Observemos: un halo azul incapaz
de zumbar tatuar… incluso
Ulular en hora prohibitiva del caro anochecer apoltro-
nado junto a la Diva: alas negrísimas, brillo natural
pulque en los labios y más allá en la gota de ónix
y en el muy secreteado lugar de la Oropéndola.
Gusto el de atraer hachís hachís hachís… Cuánto estor-
nudo en ese diapasón urgido pero del revés:
Obliterar la filigrana de una Gesta: en sitio Gong, pues
Góndola cosmogónica.
¡No! ¿No de nosotras y de cuba-no?
Es la que hablaba con versátiles enes. Y
a puerta
Abierta, apuesta por el avestruz (camello-pájaro)
pero
desacredita los países mentales.
Nubarrones + nieve + nubarrones.
Neobarrocos o no.
Entonces, Nanne Timmer, di (¿evento estría efímero
epifanía estruz?):
nueva unidad legible…
¿nívea
o geográfica-
mente
tormentosa?
Patria de la lengua. Pedregales del nombre.
Pisar el pasto. Cuidar vínculo de la sangre
en travesía. ¿Un claro? Envés y torcedura.
Escribir/ erosionar.*
Descartar (?). Dimensionar extensiones abrasivas:
rotaciones y circunvoluciones del campo… esos
bajíos: Picota Egido Amargura (ejes para la ronda)
Luz… cegadora (SOLARES). MENTE MAQUINAL.
Revisemos los rubros:
Los altos manicomios / Cabezas / Óbitos…
Ofuscada escritura (¿?) Aquí: hilo de lábil de-
men-cia-que-ha-venido-de-atrás-enrollán-
dose des-en-ro-llán-do-se… enrollándose sí
en sinuosas fractales. / Aquí: EROSIONAR.
Mediodía, 20- 21 de mayo, 2022
*Las cursivas (salvo títulos referidos) del libro Cabezas de P.M. de Armas.
Un banquete (lingüístico). Balancearse del recato alemán
a los bordes del trópico. Boca abierta (hecha agua):
mango de papelina, de hilacha, de señora, huevo-de-
toro… (como el mamey, dulzor; como los bizcochuelos
hondo sabor, lisura). Untar morado arándano en Boca
Vendedora, pedir pedir: uno de Toledo uno de corazón
un filipino…
Definir. Degustar. Deslumbrar en danza abierta.
Mango en las comisuras. Palabra por palabra, in-gesta
o restituye color, sabores sumergidos. Cada palabra
plantando una bandera. El poema: un constructo.
O (según Thomas Kling) surf en zonas de muchos arrecifes.
Zumo colado de naturaleza de ciudad
para menguar la
Ulceración y los dispositivos del Vejamen. Superhierbas.
Leves atardeceres, sitios proteicos
(políticoeconómicosociales).
Entrada, apertura cabal a ciertos razonamientos
acuciosos, aunque su
Implicación pudiera resultar un tanto corrosiva…
A ver:
Cuántos millones de hombres cuantos millones de mujeres
cuántos hermosos corazones hubieron de sucumbir
forzados por una vez a un viaje dispuestos como
piezas (cerámica en desuso) en la más increíble
insólita instalación artística (?) que fue/ es
un
barco
negrero
Atravesando el océano Atlántico
7 Poemas del libro Rakú (tríptico, alfabetos)